21 May Todos necesitamos ayuda…

El objetivo cuando planifiqué este artículo en el blog era hablarte de la diferencia entre ordenar y organizar, que no es lo mismo; pero algo en mi corazón me ha impulsado a hablar de otro tema que puede que directamente no tenga relación con la organización de espacios, pero en parte sí, pues te hablaré de un tema primordial que se debe tener en cuenta con aquellas personas que están pasando por alguna situación complicada y que lo pueden o no reflejar de alguna manera, incluso en su entorno… (tranquil@ para otro día dejaremos la explicación de la diferencia).
Hace unas noches, estaba poniéndome al día en el papeleo que se debe hacer en el voluntariado que hago (algunos de los que me conocen saben que siempre he tratado de ligarme a la iglesia para servir de algún modo, y cambiar un poco las tornas de la balanza); pues bien, estaba tratando el caso de una persona inmigrante, a quien llamaremos “Ela”, ya que es mayor de 65 años y no tiene trabajo; y dirás, ¿por qué no se pensiona?, y te diré, no cumple el tiempo de trabajo en este país para poder pensionarse y por su edad le han cerrado las puertas allí a donde va.
En el voluntariado, para poder tramitar una ayuda económica se solicitan ciertos documentos y en su caso pudimos ver que tenía un “colchonsito” que es apenas evidente que lo pueda tener pues ha sido bastante austera en sus gastos debido a la situación que tiene… y al momento de decirle que en este momento y por esa razón no podíamos gestionarle una ayuda económica se me arrugó el corazón.
Es verdad que muchísimas personas, también de las que recibimos, no tienen ni siquiera un pan que comer y en algunas ocasiones llegan a estar en situación de calle… pero eso no quiere decir que debemos excluir a ciertas personas por tener una “situación” diferente. Ela o cualquier otra persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad, necesita apoyo, no solo económico sino emocional; todos en este mundo tenemos nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestra ansiedad ante el futuro próximo o lejano, sobre cómo estaremos, cuál será nuestra situación; sí, un futuro incierto en lo económico asusta y mucho.
En esta ocasión quiero invitarte a que sea cual sea tu situación, te invito a que agradezcamos por el simple hecho de estar vivos, de tener una oportunidad más para intentarlo, para pedir ayuda, para recibir ayuda… No hay por qué avergonzarse de pedirla, pues todos somos caminantes en este mundo y si nos damos la mano y nos ayudamos cuando lo necesitamos, la vida se hace un poco más fácil, porque en ocasiones no lo es.
Todo bien que hagamos ahora, será recompensado después, sea en la tierra o cuando ya pasemos de este mundo. Sea cual sea tu creencia, sé y estoy segura que estás cansado de tanta envidia, tanta crítica, tanto conflicto, tanto desamparo, y en resumen de tantas cosas tristes que vemos día a día… pero podemos aportar nuestro granito de arena; ya sé que un grano de arena no hace playa, pero ¿te imaginas si todos aportamos un poquito? Tendríamos una visión hermosa del horizonte y no se perdería más la esperanza de poder avanzar…
Sí, estoy filosófica, o no, ya no lo sé; a lo mejor también por esto siempre me presto de voluntaria para poder humanizarme y no olvidarme que lo que le ocurre o le puede estar ocurriendo a la persona que me cruzo por la calle, pues también me podría ocurrir a mí… Siempre hay alguien que está mejor o peor que nosotros, que tiene más facilidades o más dificultades que nosotros; todos llevamos nuestra procesión por dentro… pero, ¿por qué no caminamos juntos? ¿Por qué no ayudamos a quien conocemos a llevar un poco su carga para que sea un poco más ligera? y me dirás…¿y por qué yo debo ayudarle, si incluso estoy peor que él?…
Por favor, no nos comparemos, este artículo no va de eso, este artículo va de ser un poco más humanos con los nuestros, con los que caminan por ahí, incluso en mejor situación que nosotros, no siempre los pesares son económicos, también son emocionales o psicológicos… se trata de mostrar un poco más de empatía con el otro y tratar de identificar si le podemos ayudar de alguna manera; aunque sea solo con tu compañía en esos momentos en los que no quiere hablar de lo que siente… vieras lo que hace en el cerebro, corazón y alma de aquella persona con el solo hecho de que estés ahí y te sienta a su lado… es simple, pero con esto ya estás cambiando el mundo…
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